Comencemos por el principio: la colección se define por el concepto de categorización, es decir, una acción u operación mental, explícita o implícita, que consiste en organizar datos perceptuales o léxicos en categorías o clases definidas por ciertos criterios.
Dicho esto, el caso es que coleccionar es un fenómeno que afecta a mucha gente, en todo el mundo. Hay filatelistas (sellos), clopoclépilos (llaveros), numismáticos (monedas), glacófilos (tarros de yogur)… Probablemente se pueda coleccionar todo tipo de cosas, incluso amoríos. De hecho, hace unos cientos de miles de años, nuestros antepasados Sapiens ya coleccionaban objetos. No pinturas ni sellos, alfileres o chapas de botellas, pero sí pedernales usados, heredados de sus antepasados (o al menos ese es el sorprendente descubrimiento realizado por un equipo israelí de antropólogos dirigido por Ran Barkai y Bar Efrati). Pero, ¿de dónde viene esta pasión por el coleccionismo?